Si has llegado hasta aquí, eso significa que dentro de ti, o en tu relación de pareja, hay un llamado a reconectar con el cuerpo; a experimentar una sexualidad más consciente, más auténtica, más libre.
Tal vez sientas que en tu relación con el placer y la intimidad hay bloqueos, miedos o heridas pasadas que te han apartado de una vivencia plena. O quizá intuyas que existe un camino hacia una mayor conexión y presencia en tu vida erótica, pero aún no sabes cómo recorrerlo.
Quiero que sepas que entiendo tu anhelo.
También comprendo las resistencias y los miedos que pueden aparecer cuando abordamos estos temas.
Desde hace más de de quince años, he estado acompañado a muchas mujeres, hombres y parejas en su proceso de sanación y transformación.
Sé que el cuerpo es un campo de experiencia auténtica y que la herramienta más poderosa en este viaje es la escucha total, tanto corporal como emocional.
Estoy aquí para caminar a tu lado y ofrecerte un espacio seguro, sin juicios, donde reconectar contigo o con tu pareja, integrar el placer y el deseo como valores esenciales y vivir una sexualidad feliz y llena de sentido.
Laura
ph.: Mariana Frola
Cuando liberas la sexualidad de ideas y juicios y le propicias un entorno seguro, vuelve a ser un lugar inocente y salvaje donde el cuerpo puede expresar su verdad.
Yao
Escribí a Laura para ver si podía encontrar mecanismos de solución a lo que sucedía en mí. Su respuesta inmediata, junto con una conversación previa para centrar la cuestión, fueron suficientes para decir “Sí”. Laura me explicó cómo trabajaba y el compromiso que se requería por mi parte para llevar a cabo el proceso. Desde el mismo momento en que tomé mi decisión ya se produjeron los primeros cambios. Las sesiones iniciaron con un objetivo que se cumplió en poco tiempo. Aun así, continué pues surgieron elementos a descubrir, conocer, desarrollar, implementar, integrar y sanar. Laura fue a mi ritmo, escuchando amorosamente y aportando luz, valorando y aplaudiendo los pasitos de mejora. Autoconocimiento, autocuidado, autoaceptación, autoamor, autoplacer fueron otros objetivos cumplidos. Renovar el sentir, el placer, el deseo, la alegría, el disfrute… Mejorar la relación conmigo misma y con los demás. Vamos, que no solo yo salí beneficiada de este proceso, sino también mi familia, pareja, amigos/as… Gracias siempre.
Ingrid
Días después de haber venido sigo sintiendo cómo se va abriendo en mí la sesión que hemos hecho. Con el tiempo me doy cuenta de que lo que mueves en mí va mucho más allá de lo que siento en la hora y media de la sesión. Todo cambia. Todo. El suelo sobre el que camino es diferente, comer es diferente, amar a mis hijos es diferente, pero sobre todo: amarme a mí misma ha cambiado. Las olas que corren por mi cuerpo cuando me abandono en el masaje se contagian, se esparcen a otras partes de mi vida donde hacen que todo se mueve y las cosas chocan entre ellas como barcos en un puerto asediado por una tormenta. Estoy enamorada. De ese latido, de esa respiración, del oleaje. Y también me da miedo. Cada vez que vengo a verte, vuelves a poner el mecanismo en marcha. Cuanto más he intentado olvidarme, con más fuerza se pone en marcha bajo tus manos. Esto parece una carta de amor. Y lo es. Tu generosidad me emociona hasta el tuétano. Cada vez vas en busca de esta emoción, de lo que es más tierno en mí, y cuando lo encuentras, lo cunas con tanta suavidad que me atrevo a ser más blanda aún y más fluida. Quiero aprender de ti. Ser generosa y fuerte a la vez. Quiero que la ola se apodere de mi vida, quiero sumergirme de cuerpo entero en este mar que exploro contigo. Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias. Quiero seguir. Quiero que todo florezca.
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